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Con un libro absolutamente autóctono pero lo suficientemente universal como para que lo impregnen valores como el compañerismo, el "fair play" y no olvidarse del origen, Metegol trata de las aventuras de Amadeo, un chico común de pueblo que trabaja en un bar, juega al metegol (futbolito) como nadie, y está enamorado de Laura aunque ella no lo sabe.
La sencilla rutina es interrumpida por el regreso de Grosso quien se ha convertido en el mejor futbolista del mundo y está dispuesto a vengarse de una vieja y única derrota. Tras descubrir que sus jugadores del futbolito cobran vida, Amadeo intentará salvar a su amor y al mismísimo pueblo, y en el camino los personajes lograrán convertirse en un verdadero equipo. Un film de animación de nivel internacional, al estilo Pixar o Dreamworks, que demuestra que se puede ganar perdiendo y también perder ganando.
Justamente en los matices está el encanto de este mundo de fantasía al que el ganador del Oscar (por El secreto de sus ojos) Juan José Campanella decidió apostar. "Es para toda la familia, no creo que sea una película de fútbol, e incluso tiene una historia de amor", señala el director. "Lo que me gusta de esta película y lo que espero llegue a los chicos es mostrarles que ganar no depende siempre del resultado. Algo que noto mucho en los chicos hoy en día es que solo se trata de ganar, ganar, ganar, y que la palabra perdedor se usa como insulto, algo que cuando yo era chico no existía como concepto. Bueno, en ese sentido creo que se van a sorprender para bien".
Según relató el cineasta argentino, la producción de Metegol fue una tarea titánica que demandó años y el trabajo de cientos de personas. Desde conseguir los fondos necesarios hasta ultimar detalles resultó una experiencia de la que está verdaderamente orgulloso. Con música interpretada por la Orquesta Sinfónica de Londres y una canción creada especialmente por el grupo Calle 13 (Me vieron cruzar), el disparador de Metegol fue el cuento corto Memorias de un wing derecho del rosarino Roberto Fontanarrosa.
Al principio Gastón Gorali, Axel Kuschevasky y Campanella comenzaron a escribir una historia a la que paradójicamente, sostiene el director, le "faltaba fútbol". Para eso convocaron al escritor Eduardo Sacheri, autor de La pregunta de tus ojos, el libro en el que se basó la película argentina ganadora del Oscar en 2010 y de varios libros con relatos futboleros. "Juan sabe que es un tópico que me gusta, me resulta familiar y frecuente, y suelo usar al fútbol para hablar de otras cosas, que creo que es también lo que pasa en esta película", asegura Sacheri, agregando: "Me pasó el guión y efectivamente le faltaba fútbol, no tienen ni idea, ni fueron a la cancha. No les gusta. Pero bueno, está linda la combinación de perspectivas, y quedó bien esa amalgama entre los que somos muy futboleros y los que no. El mejor elogio que te puede pasar cuando escribís un cuento de fútbol es que venga alguien y te diga: `Mirá, a mí no me gusta el fútbol pero me encantó lo que escribiste`; porque ahí sentís que funcionó, que eso fue sólo un pretexto para hablar de cosas más profundas".
Coproducción con España y con distribuidor uruguayo, Metegol es el primer largo de animación argentino en 3D. Significó el ensayo de técnicas antes nunca utilizadas en el país, y fue supervisada por el brasileño Sergio Pablos (Mi villano favorito, Río).
"Fue como navegar en un mar lleno de icebergs con un barco que no tiene la agilidad de moverse rápido", sostiene Campanella. "Es increíble la cantidad multimillonaria de detalles que hay que cuidar en una película de animación, éramos 10 personas mirando y siempre algo se nos escapaba a todos. Fue un trabajo realmente muy agotador y si bien el 3D aportó algo más, también se hizo artesanalmente, porque si se hace de cualquier manera te puede generar muchos dolores de cabeza". De hecho Sacheri, hincha a ultranza del recientemente descendido Independiente, aunque la filmación no es lo suyo, aportó su asesoría para que los movimientos de la acción en el campo de juego fueran creíbles.
Fabián Gianola, que interpreta a uno de esos jugadores de metegol que cobran vida, contó que tras ver la película terminó llorando y que está "emocionadísimo y muy orgulloso de pertenecer a semejante proyecto".
Identidad.
"El dibujo animado local tiene de bueno que es nuestro", añade Sacheri. "El público se va a sentir identificado con el potrero, con el barrio, con el amigo, con el bar, con la esquina, con la historia de amor, con todo. Esta historia es tan nuestra que estás adentro de ese pueblo y has visto a sus personajes en tu barrio. Es muy rioplatense, y todos los personajes son entrañables, todos los personajes luchan por algo y la intención de la película es mostrar que no hay que perder de vista el lugar donde nacimos. Y además es universal porque sus personajes son íntegros, con valores, y con esas cosas no se juega".
El escritor coincidió con Campanella en los objetivos perseguidos: "Tratamos de evitar ese cliché de los opuestos bueno-malo, lindo-feo, ganar-perder, alegría-tristeza, que muchas veces se utilizan en las películas para chicos. Quisimos que los personajes crecieran, tuvieran un aprendizaje, porque en la vida en general esos componentes vienen mucho más mezclados, es más complicada la cosa, y me parecía que los chicos se merecían ver algo con más matices. Hay un montón de modos de ganar y hay un montón de modos de perder, y en Metegol se expone uno de los modos, que no es el único, pero creemos que encierra cierta belleza".
El resultado es un guión ágil, con muchos gags efectivos y una animación, más que prolija, bonita. Su éxito abre la posibilidad de una industria de la animación en la región. De hecho, según explicó el productor y guionista del film, Gastón Gorali, en los Estudios Metegol ha comenzado a especializarse en animación de personajes en 3D una primera tanda de becados por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales argentino (Incaa). En las primeras tres semanas de su estreno Metegol sobrepasó el millón de espectadores en Argentina, y le ha ido bien en Europa.
Campanella espera que en Uruguay haya una repercusión similar: "Creo que la van a recibir como en Argentina. Es en el único país que se estrena en la misma versión a nivel del idioma. Para mí no hay absolutamente diferencias entre nosotros, uno se crió viendo cómicos uruguayos y culturalmente somos lo mismo".
Vacilaciones.
Campanella contó que cuando comenzaron se enfrentaron a grandes prejuicios: "Presentábamos el proyecto y la gente se reía".
En Estados Unidos no pueden creer que haya costado lo que costó: 21 millones de dólares, diez veces el costo de una película argentina normal, pero la décima parte de una norteamericana. "En los Estados Unidos los costos son mayores por los sueldos, el alquiler de las locaciones de estudio y la manera de trabajar por lo que películas se realizan varias veces de acuerdo al gusto de los ejecutivos de las compañías", explica Campanella.
"La nuestra es una película más artesanal en el sentido de que nosotros en la mesa chica del equipo decidíamos todo, y no había ejecutivos que nos hacían hacer las cosas de nuevo", añade el director. "Allá hacen las películas tres veces por eso. Acá hay más libertad creativa".
Los actores que dan voz a los muñecos futbolistas
Pablo Rago, Fabián Gianola, Horacio Fontova, Diego Ramos, Daniel Masajnik, Miguel Ángel Rodríguez, entre otros reconocidos actores argentinos prestaron sus voces a Metegol. Hasta Campanella, fiel a su estilo de aparecer en sus films, y el productor y crítico cinematográfico Axel Kuschevasky aportaron algunas de las voces secundarias.
Los actores afirmaron que fue una de las mejores formas de trabajar, porque no tuvieron que "preocuparse por la facha" y andaban "en patas" para no hacer ruido y que la toma de sonido saliera bien. "Cuando estábamos unidos por el palo de metegol, nos ataron con los brazos a un palo y grabamos las voces así", contó Gianola a El País.
Pablo Rago (la voz del personaje "Capi") se autorreconoce como uno de los "actores fetiche" de Campanella y le pone la voz al capitán del equipo de este futbolito que cobra vida, un líder y motivador verdaderamente de fierro.
"Cada vez que llama Campanella pego saltos", recordó Rago. "Todos hicimos un casting, fue mi primer casting, nunca había hecho uno. Fui con mi hijo Víctor, que ahora tiene 10 años y entonces tenía 8. Durante el casting él se rió con lo que tuve que leer. Ya le habían gustado los dibujos, y cuando nos íbamos caminando por la calle me dice: `Pá, si no te eligen para la película, ¿la podemos ver igual?`, como diciendo: ésta no me la pierdo ni loco. Yo le digo a Campanella que ahora está perdido, porque soy garantía de éxito y me va a tener que llamar aunque no haya personajes masculinos".
Fabián Gianola representa a "El Beto", ese delantero invaluable y creído que habla sobre sí mismo en tercera persona y aporta una cotidianidad futbolera muy de estos rincones.
"Mi personaje es egocéntrico, es el creído, es el vanidoso", dice. "Es el que habla en tercera persona: "El Beto está contento", "El Beto de la gente". Están "El Enzo", "El Diego", Juan Román (Riquelme) también, son muchos que hablan así, y está sacado de ese lugar. Pero esos jugadores tienen por qué creérsela, y en cambio El Beto es un jugador de metegol exactamente igual a todos los otros. Pero cree que es un `diferente` necesario y fundamental para el equipo, y el primer secreto para llegar a serlo es creérselo. Es un personaje que maneja su inocencia desde ese lugar, y normalmente cree que todos los demás piensan lo mismo. Junto con el de Fontova son personajes muy prototípicos. Es el cancherito que se para con la mano en la cintura, en jarra, el típico jugador de potrero, canchero y gambeteador, que no se la regala a nadie".
Horacio Fontova pone la voz de "El Loco", ese compañero que es imprescindible en todo equipo para lograr la unión, aunque a veces se vaya un poco de mambo. "Es un delirante cósmico. Todo lo respeta, es un espiritual, es un zarpado. Es el conciliador del equipo de muñequitos de metegol. Es un hippie, un tipo como el que siempre fui yo", afirma Fontova, agregando que es el único personaje que para la versión de España no cambió la voz: "Va a quedar tal como lo hice. Salvo algunas palabras específicas regrabadas lo demás queda igual, no fue doblado por un actor español. Y sin hacerme el gallego".
fuente: www.elpais.com.uy
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